Quedan meses para la boda pero ir pensando con antelación en los invitados es importante. Obviamente, el número final dependerá de factores como el presupuesto, el espacio, los familiares, amigos o compromisos, y como no, de la propia decisión de la pareja. En primer lugar, y una vez seleccionado el espacio y el tipo de menú que tomaremos, debemos hacer el cálculo para saber aproximadamente a cuántas personas podemos invitar.
A partir de ahí, hay que empezar con el recuento. Lo ideal es que cada familia se pague sus invitados, por si hubiese una gran diferencia entre unos y otros. La cuestión es decidir si se va a invitar a toda la familia, incluyendo hasta los primos terceros, o si se hará una selección de los más cercanos. En mi caso personal tengo suerte, mi familia es pequeña por lo que no me junto con una gran cantidad de familiares.
Si hablamos de los amigos, la bodas con muchos amigos son muy divertidas, pero invita solo a quien de verdad quieras. No te sientas obligado a invitar a alguien porque te haya invitado previamente a su boda o porque más gente que conozca vaya a tu día. En ocasiones las relaciones cambian, se pierden o simplemente el contacto es inexistente, para ti es un compromiso, pero seguramente para la otra persona también.
¿Qué hacer con los compromisos? Algunos de ellos son familiares, por lo que lo primordial es consultarlo con los padres y tomar una decisión; otros son propios, como por ejemplo, los compañeros de trabajo. En este caso la decisión está en tus manos, en el tipo de relación que tengas o en la información sobre ti que compartas de ellos. En definitiva, puedes pensar si te tomarías una caña con ellos fuera del trabajo, si la respuesta es no, es un poco forzado, ¿no?
No Comments